El tránsito de Urano en Tauro ha revolucionado la forma en la que nos acercamos al
placer. Siendo éste un planeta cuya energía es rápida y errática, ha introducido desde el
2018, silenciosa y progresivamente nuevas variantes a cómo vivimos los temas de Venus,
regente de Tauro; y como es un tránsito que está pronto a culminarse, pues este 17 de
mayo de 2025 fue la última vez en que el sol se unió a Urano en Tauro en este siglo, vale
la pena mirar en retrospectiva qué ha causado y qué podemos concluir o aprender del
mismo, y de eso se trata el artículo de esta semana.
Aunque hace falta más tiempo para que la humanidad tenga una idea más cercana
a lo que significa Urano -pues fue descubierto hace menos de un siglo y esto es
relativamente poco-, su arquetipo se ha asociado a eventos disruptivos, sorpresivos, poco
planeados, que rompen la continuidad o la linealidad de las cosas e introducen innovación
y escándalo.
La astrología moderna plantea que Urano es un planeta impredecible, veloz y
atrevido; mientras que la astronomía parece confirmar que su atmósfera se compone de
una cantidad de gases que están en constante tormenta eléctrica. Es por esto que el rayo,
la electricidad y los accidentes han sido símbolos que se han asociado a dicho planeta.
La expresión moderna “uranazo” describe un evento sorpresivo, inaudito e
instantáneo que se siente de alguna forma como si fuera producto del azar y
absolutamente casual, y que cambia radicalmente cómo se estaban dando las cosas.
Cuando estás esperando el bus y alguien pasa y te pregunta la hora y se quedan
hablando y entablan una relación, es un ejemplo de un uranazo. O cuando de la nada tu
jefe renuncia y asumes de un día para el otro la gerencia de tu trabajo, es otro ejemplo de
un uranazo.
Por su parte, el arquetipo de Tauro embarca todas las oportunidades que tenemos
en la vida de disfrutar los cinco sentidos: una buena comida, los perfumes, los masajes,
las experiencias agradables, tranquilas y sosegadas que nos dan calma. La satisfacción
de un buen orgasmo, el apetito por un postre luego del almuerzo y la sensación de confort
que otorga el abrazo de un ser querido son experiencias de Tauro.
En otras palabras, el signo fijo de tierra representa todo lo que hace que nuestro
cerebro libere dopamina, el neurotransmisor asociado a la sensación de placer y disfrute.
Menos mal existe esa parte de la vida en esta tierra que nos permite disfrutar y sacarle
provecho a la encarnación. Sin embargo, hay un riesgo con el funcionamiento de la
dopamina, y es su alto potencial adictivo.
Una vez ha existido un pico de dopamina, la respuesta más natural del cerebro es
volver a buscar un segundo pico. Si después del almuerzo me como un buen postre,
cuando vuelva a almorzar me darán ganas de un nuevo postre. El problema comienza por
el hecho de que cada vez el cerebro necesita mayores niveles de estimulación para
obtener la misma cantidad de dopamina, y por ende, cada vez será más difícil igualar el
primer pico.
El azúcar y el sexo, que a propósito ambos están regidos por Venus, liberan muy
fácil dopamina, pero no son los únicos factores que lo hacen. El humor y el
entretenimiento también pueden hacerlo, y es exactamente esto lo que buscamos cuando
prendemos el celular y navegamos las redes sociales. El chisme, la foto de tu crush, o
incluso algunos datos curiosos sobre cualquier tema son también detonantes de
dopamina, y por tanto entran dentro de la regencia de Tauro y de Venus.
Ahora, el tránsito de Urano en Tauro ha coincidido con el perfeccionamiento de los
algoritmos de redes sociales, que buscan hacer que se pase más tiempo en sus
plataformas al ofrecer a sus usuarios contenido que detectan que les gusta. La estrategia
es presentar imágenes, texto o video al mismísimo momento en que se entra en ellas
para que el cerebro se estimule inmediatamente. Un reel de un perrito haciendo una
acrobacia, un chiste, una receta interesante o una selfie de alguien sexy generarán un
pico de dopamina en el cerebro quien constantemente volverá a buscarlo, pasando por el
siguiente video, y el siguiente, y el siguiente.
¿Te ha pasado que prendes el celular buscando notificaciones y aún así no hay
nada y pasan unos minutos y vuelves a buscarlas? Lo que está pasando es que tu
cerebro está buscando la estimulación que ha aprendido a recibir en las aplicaciones del
celular. El solo diseño de las notificaciones nos genera un estado de alerta y estimulación.
Fíjate cómo las aplicaciones usan colores vibrantes y muy vivos para señalar las
notificaciones, esto es porque las hacen más visibles al cerebro y las acompañan un
sentido de urgencia: “tengo que verlas ya”.
Urano en Tauro es un tránsito que simboliza, entonces, la vivencia del placer de una
forma afanada, efímera, instantánea, así como lo que dijimos que es un “uranazo”; y esto
lógicamente cambia o muta nuestra relación con el placer, el cual ahora debe ser presto y
fulminante. Así como viene, así mismo se va y entonces lo volvemos a buscar y perseguir.
Ya no es algo que atraemos y esperamos -que es la naturaleza de Tauro- sino algo que
exigimos y mendigamos al estar checando el celular, incluso cuando tenemos cosas que
hacer. No ver el celular genera en alguna medida un estado de abstinencia.
En este contexto es que ha surgido el término “doomscrolling” para describir la
conducta de pasar horas en redes sociales, navegando contenido -frecuentemente inútil o
falso- así como cierto nivel de ansiedad si no se hace. Es por eso que constantemente
chequeamos el celular, hayan notificaciones o no. Y desde un punto de vista astrológico,
tiene sentido con el tránsito de Urano en Tauro.
Ya que sabes esto, quiero invitarte a seguir navegando en redes sociales, pero con
consciencia. Que sepas que lo que quieren las corporaciones dueñas de estas
plataformas es que pases tu tiempo en ellas, disparando constantemente tu dopamina sin
un sentido claro o útil. Vale la pena volverle a dedicar tiempo a todo lo que nos permite
pasar tiempo fuera de las pantallas, volver de alguna forma a Tauro: el contacto con la
naturaleza, el conectar con el aquí y el ahora, las actividades que nos dan calma y
serenidad, el trabajo de jardinería y la experiencia del placer desde la lentitud, típica de
tauro y que de alguna forma nos ayuda a preservar el valor que tiene el disfrute.
Si te gustaría aprender a identificar los arquetipos astrales en la vida contidiana y a
hacer lectura de la realidad a la luz de dichos arquetipos para vivir tu vida en consciencia
y equilibrio, ¡inscríbete a nuestra formación en Astrología! Hypatia y yo te esperamos con los brazos
abiertos.
Soy La Plutonisa, y tú eres La Magia.